Además del turrón, el abeto y las comidas familiares, no hay nada más típico del mes de diciembre que la Lotería de Navidad. Es así porque se lleva celebrando más de 200 años en la misma fecha: el 22 de diciembre. Es entonces cuando los ojos de millones de españoles se mantienen fijos durante toda la mañana en el Teatro Real de Madrid, donde se celebra el sorteo, y donde se reparte la suerte. Todos quieren saber si han resultado agraciados con alguno de los premios en juego.
Pero, además de saber la fecha del sorteo, los que disponen de algún décimo con el que optar al Gordo también deben conocer algunos términos relacionados con el evento. Existe todo un diccionario de palabras cuyo significado quizá desconozcas y que tienen mucho que ver con el Sorteo Extraordinario de Navidad. Algunas de ellas son bien conocidas por todos, como décimo o bombo, pero otras solo las conoces los más expertos.
Para empezar, un décimo es lo mismo que un boleto: este supone la décima parte de un billete, el cual se compone de diez décimos que tienen el mismo número y pertenecen a la misma serie. Estas últimas son un conjunto de billetes de un mismo número y cada una de ellas consta de 100.000 billetes.
En ningún caso hay que confundir un décimo con una participación, que se refiere a la parte en la que se divide un décimo a través de un recibo en el que se establece el número por el que se apuesta y también a la cantidad de dinero que se recibiría si el número saliese premiado.
Estos son algunos de los términos más populares, pero no son los únicos existentes y hay varios que pueden despertar extrañeza al oírlos por primera vez. Es el caso de los alambres. Así se llaman los hilos que forman parte de las tablas en las que se colocan las bolas de números y premios que van sacando de los bombos los niños del colegio de San Ildefonso a lo largo de la mañana.
Igualmente, el día del sorteo también cobran importancia los claveros, que son las personas que disponen de la llave para abrir la puerta del estrado.
Otro elemento a tener en cuenta es la copa. Se trata del recipiente en el que caen las bolas que van saliendo de los bombos, las cuales se deslizan por el instrumento denominado trompeta antes de ser recogidas por los niños cantores. Ese tradicional soniquete se convierte en la banda sonora de toda España durante una mañana.
Antes de que las bolas entren en los bombos se colocan en las liras de forma ordenada, lo que permite que los notarios presentes en el teatro los comprueben antes de que empiece sorteo. Hay un total de 200 liras.
Después, las bolas se pasan a la tolva, un recipiente transparente desde el que irán a los bombos. En este proceso es indispensable el paraguas, que es el dispositivo que sirve para colgar las liras al volcarlas a la tolva.