Las fechas de los acontecimientos más destacados –y más si conllevan algún tipo de desgracia– han sido siempre objeto de deseo de miles de jugadores de la Lotería de Navidad. Y, este año, un número, el 19.921, supera al resto. La razón: el volcán de La Palma, que comenzó a expulsar lava el pasado 19 de septiembre.
Lo saben bien en la Administración de Loterías La Bona Sort de Terrassa, en Barcelona, donde se vendía ese décimo desde el mes de julio "sin mucho éxito", según Julia Antequera, dependienta de la administración. Hasta la erupción en la isla canaria. Un volcán a 2.500 kilómetros de distancia hizo que en una sola mañana se agotaran los 1.710 décimos de los que disponían.
Los décimos restantes se vendieron en la administración de Javier Muñoz, en Valencia.
También la fecha de la gran nevada de Madrid se ha convertido en una pieza de caza para los jugadores. El 80.121, número que coincide con la jornada en la que comenzó el temporal Filomena está casi agotado.
Estas tendencias de compra las confirma Borja Muñiz, presidente de la Agrupación Nacional de Asociaciones Provinciales de Administradores de Lotería (ANAPAL). "La gente cree que donde hay una desgracia, toca", explica. Muñiz prevé aumentar las ventas un 15% este año, hasta alcanzar unas cifras similares a las registradas antes de la pandemia: unos 3.100 millones de euros en décimos y participaciones.
Unos 24 millones de españoles jugarán a la Lotería de Navidad, lo que se traducirá en unos 150 millones de décimos vendidos. El volumen es tan grande que su recaudación supone sorteo el 30% del total anual de Loterías y Apuestas del Estado.
Los loteros se alegran de la recuperación, aunque no creen que se vayan a alcanzar los niveles de 2019. "Parece que nos estamos recuperando, pero todavía no estamos como antes", dice Jordi Sastre, que tiene una administración en Barcelona en la que no solo notó los efectos de la Covid, sino también del proceso independentista: "Cuando el referéndum hubo muchas personas y bares que tenían lotería y la devolvieron para perjudicar al Estado", explica.
Además, Sastre lamenta que, a pesar de la mejoría, han perdido a muchos clientes mayores a causa de la Covid, y que muchos bares y restaurantes, que "van de la mano" con la Lotería, han cerrado.
Repunte de ventas en La Palma
La situación excepcional de La Palma también se ha reflejado en la venta de la Lotería de Navidad. "He tenido que pedir que traigan más décimos ya cuatro veces", cuenta Eduardo Anglés, que tiene su administración en Los Llanos de Aridane, a tan solo cuatro kilómetros del volcán de La Palma. Esta administración se ha convertido en un punto de peregrinación al que acude a comprar gente de todos lados. En este establecimiento se quedaron sin décimos solo unos días después de la erupción.
Anglés, sin embargo, lamenta que muchos vecinos y clientes habituales hayan perdido sus casas por el volcán después de "dos meses que parecen dos años" y espera que El Gordo lleve a la isla una "colada de millones".