A cualquier persona que le preguntes cuáles serían sus sueños, seguro que entre ellos incluye "que me toque la lotería". El hecho de hacerse millonario (o casi) es algo que le solucionaría la vida, al menos a corto y medio plazo, a buena parte de los españoles. Con el premio Gordo (400.000 euros al décimo, 328.000 euros después de impuestos) se podrían hacer muchas cosas de esa lista de deseos casi inalcanzables. También con el segundo premio (125.000 euros al décimo, 108.000 íntegros) y con el tercero (50.000 euros al décimo, 48.000 netos). No obstante, para aprovecharlos al máximo hay que saber gestionarlos.
"Son muchos los casos en los que este dinero fácil se gasta rápidamente y también muchas las personas que no aprovechan ese colchón para prevenir necesidades futuras", asegura Antonio Gallardo, experto financiero de iAhorro. Y es que, según un estudio realizado por el Fondo Nacional para la Educación Financiera (NEFE), siete de cada diez personas agraciadas en la Lotería de Navidad, acaban arruinadas en solo cinco años.
Una parte para inversión, otra para imprevistos
Como hemos mencionado, no todos los premios llevan asignada la misma cuantía y esta es una de las variables más importantes. "Los 328.000 euros del primer premio tras abonar impuestos nos permitirán tener un colchón, hacer alguna inversión, comprar una vivienda, pero difícilmente nos dejará retirarnos". Por ello, entre las recomendaciones que hace el experto de iAhorro, la primera es "reservar una buena parte para inversiones seguras, buscando el mejor rendimiento y no arriesgando el capital. Si además podemos disponer de este sin pérdidas para cubrir cualquier imprevisto o gasto que queramos tener y asumir, mejor que mejor".
Las entidades bancarias ofrecen un servicio de asesoramiento financiero a los clientes para que estos conozcan las opciones que tienen para trabajar su dinero. Igualmente, en función de las cantidades que se vayan a manejar, quizá también recomiendan hablar con un asesor legal o fiscal. Y es que es importante conocer muy bien dónde se va a invertir y los riesgos que conlleva para que el resultado de esa inversión no sea catastrófico.
De los depósitos bancarios al oro o la compra de acciones
Una de las opciones para alargar la vida del dinero son los depósitos bancarios, una modalidad de ahorro pensada medio y largo plazo cuya remuneración varía según el saldo depositado y/o el tiempo que se mantenga en el banco.
En este caso, el ganador del premio entrega el importe que le parezca al banco para que este lo custodie y, a cambio, otorga una rentabilidad fija o variable al cliente. Es una de las formas de ahorro más segura, pero con los tipos de interés por los suelos, sus remuneraciones son cada vez más bajas.
Los planes de pensiones, pese a que son productos más rígidos de los que no puedes sacar el dinero hasta la jubilación, también podrían ser una opción para invertir. Lo positivo en este caso es que el dinero destinado a los mismos se puede desgravar en la declaración de la renta.
Crear una cartera de fondos de inversión es otra forma de invertir el dinero a largo plazo, en distintas acciones o bonos, en función del riesgo que se quiera asumir. Además, cuanto más activos, menos riesgo, ya que funcionan como instituciones de inversión colectiva que reúnen aportaciones de múltiples inversiones que son gestionadas por un equipo de. Entre sus ventajas están que tributan como ahorro y, a diferencia de los depósitos, el banco no puede utilizar el dinero de los fondos para hacer gestiones con otras entidades o clientes.
Existen fondos que invierten en oro, pero también hay otras opciones para adquirir este metal y utilizar directamente el oro como inversión. Una de ellas es comprarlo físicamente, que conlleva la desventaja del coste de custodiarlo. Consiste en comprar oro al precio del momento y venderlo cuando su valor esté en alza y así obtener beneficios. Una de sus ventajas es que se trata de una acción sencilla, pues basta con adquirirlo en lingotes o monedas.
Otro de los modos de inversión sería la compra de acciones, aunque esto requiere un mayor conocimiento de los mercados y de cómo se gestionan las operaciones en bolsa. El riesgo en estas operaciones es mayor, ya el mercado es volátil y requiere de un seguimiento mucho más frecuente. También, para poder hacerlo, las cantidades a invertir son más elevadas.
La vivienda se posiciona entre las mejores opciones
La vivienda también es uno de los principales objetos de inversión. Los 328.000 euros que quedarían después de impuestos del primer premio de la lotería podrían servir perfectamente para comprar una casa o, al menos, para pagar una buena entrada. Según Antonio Gallardo, ahora es "un buen momento para invertir en vivienda" y los ciudadanos lo saben. Con los tipos de interés por los suelos, una encuesta de iAhorro afirma que dos de cada diez ciudadanos (20,8%) destinarían el gordo a comprarse una casa o a pagar una hipoteca ya existente.
Finalmente, Antonio Gallardo analiza la situación y afirma que "aunque la rentabilidad pasada no garantiza la futura, lo que queda claro es que podemos jugar con un mix de inversiones, tanto en tipo como en plazo".